Catedral de Guadalupe, una joya arquitectónica que cautiva a parralenses y visitantes
La Catedral de Guadalupe en Parral continúa asombrando a los parralenses y turistas por igual, destacándose como una obra arquitectónica impresionante que forma parte integral del turismo religioso en la región. Con una rica historia, esta catedral no solo es un lugar de culto, sino también un monumento emblemático que encarna la devoción y la belleza arquitectónica.
Construida originalmente en 1610 como una modesta capilla dedicada a la limpia Concepción por Francisco Montaño de la Cueva, la Catedral experimentó varias transformaciones a lo largo de los años. En 1680, bajo la propiedad de Don Gustavo de Carbajal y Villamayor, se amplió y se dedicó a la Virgen de Guadalupe.
Sin embargo, fue en 1902 cuando Don Pedro Alvarado Torres erigió el santuario que conocemos hoy en día. A pesar de los desafíos, como la devastadora inundación de 1944, la comunidad perseveró y, bajo la supervisión del Párroco Don Agustín Pelayo Brambila, reconstruyó el templo en 1959 con la ayuda de fieles católicos de Chihuahua y Durango.
El interior de la Catedral es igualmente impresionante, con elementos que reflejan tanto la historia local como la fe católica. Los arcos, pilares y columnas están construidos con el humilde tepetate de la mina fundadora «La Prieta», contrastando con el bello mármol de Carrara que adorna el santuario.
El ábside del altar mayor, decorado con un mosaico italiano, narra la icónica aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego en 1531, mientras que los vitrales cuentan la historia desde el descubrimiento de América hasta eventos más contemporáneos.
La Catedral de Guadalupe también alberga una variedad de capillas y santuarios, cada uno dedicado a figuras importantes en la fe católica. Desde la consagración por Don Antonio Guisar Valencia en 1959 hasta la actualidad, la catedral ha sido un punto focal de la comunidad religiosa en Parral, siendo designada sede de la Diócesis en 1992.
La Catedral, con su majestuosidad y su rico patrimonio, sigue siendo un destino imperdible para aquellos que visitan Parral, sirviendo como un recordatorio tangible de la fe y la perseverancia de generaciones pasadas y presentes.