La magia de la pirotecnia en las fiestas patrias de Parral en 1953

-En 1953 se usaron por primera vez los juegos pirotécnicos en unas Fiestas Patrias.

En las fiestas patrias de 1953, Parral vivió un evento histórico que marcó un antes y un después en las celebraciones del 15 de septiembre. 

Por primera vez, los habitantes de la ciudad tuvieron la oportunidad de admirar la majestuosidad de la pirotecnia, un espectáculo que hasta entonces no había sido parte de las festividades locales. 

La noticia fue anunciada en una nota periodística de El Sol de Parral, que destacó la labor del Comité de Acción Cívico Social por no escatimar en gastos para brindar una verdadera fiesta mexicana.

La inversión fue considerable para la época, superando los cuatro mil pesos, y permitió la llegada de vistosos fuegos artificiales que se convirtieron en el principal atractivo de las fiestas patrias de aquel año. 

Entre la variedad de atracciones pirotécnicas, se destacó «la cascada», una de las más deslumbrantes y esperadas por los parralenses. 

Para que esta pudiera apreciarse en toda su magnitud, se utilizó el pretil de la Parroquia, en el lado sur y frente a la Plaza Principal, permitiendo que todos los asistentes pudieran deleitarse con el espectáculo.

La cascada, con sus mil luces de colores combinadas con maestría, dio la ilusión perfecta de contemplar una gran caída de agua, sorprendiendo a todos los presentes y dejando una huella en la memoria de la ciudad. 

El acierto del Comité de Acción Cívico Social al incluir este atractivo se tradujo en un rotundo triunfo, y desde entonces, la pirotecnia se consolidó como un elemento imprescindible en las celebraciones de las fiestas patrias de Parral.

Este evento no solo representó un avance en la forma de celebrar el orgullo nacional en Parral, sino que también reflejó el deseo de la comunidad por innovar y enriquecer sus tradiciones. 

La noticia, difundida en su momento por El Sol de Parral, dejó constancia de cómo las festividades de 1953 se convirtieron en un hito para la ciudad, estableciendo un precedente que continuaría dando brillo a las noches patrias de los años venideros.