Discriminación contra médico autista: El caso de Hiram Padilla Torres y la violación de sus derechos humanos.

—Un ministerio público dio carpetazo a su denuncia por ser víctima de privación ilegal de su libertad por considerar que por ser autista no podía ejercer la medicina general

“Es autista, no puede ser médico, no puede con el estrés”, estas fueron las palabras que marcaron una de las grandes tropelías de la Fiscalía Zona Sur en contra de los derechos humanos del doctor Hiram Padilla Torres, además del delito que denuncia ser víctima, un coordinador de ministerio público lo discriminó por su condición y le dio carpetazo a su asunto. Fue revictimizado. Y lo peor es que por dos entes de Gobierno.

Sentado en un sillón, con sus dos manos metidas entre sus rodillas, y con movimientos bruscos en sus manos, inicia la entrevista con el médico general, Hiram Padilla Torres, en una habitación con paredes color café.

Desde los catorce años fue diagnosticado con esclerosis tuberosa, es un trastorno genético raro que causa el crecimiento de tumores no cancerosos en el cerebro y otros órganos. Ello no le impidió estudiar la profesión que desde niño soñó, la de un médico general.

Recientemente ante la denuncia que realizó por ser víctima de un despido injustificado, además de ser privado de su libertad para obligarlo a firmar su renuncia, es certificado por un experto en medicina laboral con la condición de espectro autismo.

Después de culminar su estudios profesionales en el 2008, intentó ingresar a un área de trabajo, sin embargo, no fue fácil, y fue hasta el 2012 cuando ingresó al Seguro Popular, en donde se desempeñó hasta el 2019, cuando desapareció dicha institución de salud, no obstante su puesto siempre dependió de la Secretaría de Salud del Estado de Chihuahua.

Cada año formaba su contrato, y en diciembre de 2019 le notificaron que ya no estaría más en el Seguro Popular, pero por ser trabajador de contrato fijo le permitió tomar el cargo en la Unidad Médica del municipio de El Tule, hasta el 31 de marzo de 2022, que le mandaron hablar de la Jurisdicción Sanitaria III.

La primer injusticia en su contra estaba cocinándose, una licenciada del departamento de jurídico lo hizo esperar al menos una hora, minutos en que por su mente era invadida por la incertidumbre, ya que preguntaba el motivo de su cita, pero nadie le daba razón. 

De pronto entra una mujer y le dice, “pásele a una oficina contigua al del director”, un cuarto solo en donde había un documento firmado por dos testigos que no estaban y la abogada de Jurídico. Era su renuncia. Así sin algún argumento o alguna razón para removerlo de su puesto, estaba a punto de salir.

Al preguntar el motivo de la decisión para arrebatarle su trabajo, simplemente le dice, “de arriba así fue dictaminado”, por lo que el doctor Padilla, pide tiempo para analizar lo que está pasando, pero la mujer solo exclama, “no vine de tan lejos para que me hagas esperar”. En un momento durante la alegata, la encargada de Jurídico se levanta pone una silla en medio de ella y el doctor, cierra la puerta y señala que de ahí no se iban a ir hasta que firmara su renuncia.

Aprovechándose de su condición, no le permite la salida, ya que momentos antes a otro trabajador lo había intentado correr, pero él salió de la oficina y no se concretó el despido, por lo que ahora viendo a un doctor con espectro autista decide retenerlo en contra de su voluntad en la oficina. 

El tiempo pasaba y se cumplió más de una hora y media, el doctor Padilla tenía que acudir a otro trabajo donde se desempeña en el hospital del IMSS, su responsabilidad es demasiada. La desesperación se empieza a apoderar de su mente, tenia que salir. 

Y mientras estaba en el interior era coaccionado por la licenciada que solo le repetía “si quieres ser considerado para volver a trabajar en la Jurisdicción tienes que firmar”.

El reloj seguía y era hora de entrar a su otro trabajo, por lo que pensó que estaría mucho tiempo encerrado, cautivo y privado de la libertad, por lo que decidió firmar su renuncia.

La primera injusticia se concretó, la privación de la libertad y las coacciones rindieron su fruto, el objetivo se cumplió a medias, ya que el otro trabajador que querían correr no cedió.

¿Pero que implicaba esa firma? Pues que aceptaba una ridícula liquidación de 23 pesos por sus 10 años de servicio en lugar de 450 mil pesos como lo marca la ley.

Posteriormente al ver el convenio de «renuncia voluntaria», comentó con su esposa, quién le sugirió pidiera ayuda en el sindicato, en donde fue escuchado y se llevó su caso con directivos, sin resultados, ya que se argumentó que la orden procedía de Chihuahua y que si así lo decidía buscara otras instancias legales fuera de la Secretaría.

Fue hasta el 14 de noviembre cuando se abrió una carpeta de investigación en la Fiscalía Zona sur por el delito de privación ilegal de la libertad, la cita para que la presunta agresora se presentara a comparecer se programó para el 4 de enero, luego se reprogramó al 8 de enero. 

Durante esos días los asesores legales se dieron cuenta que la Fiscalía buscaba darle carpetazo al asunto del doctor Padilla, por lo que hicieron una serie de visitas con los encargados como el entonces coordinador de ministerios públicos Alejandro Chávez Sáenz, quien marcaría una seria discriminación contra la víctima, al señalar que el doctor Padilla no debería de ser médico, ya que es autista, por lo que explicó que el estrés al que está sometido, no tiene la capacidad para llevar a cabo su función. 

Por lo que en réplica se le comenta que la certificación médica sólo señala que tiene problemas con la socialización, pero ello no es impedimento para ejercer como médico general.

Al parecer ello no bastó, ya que fueron notificados que no existe ningún delito que perseguir, y así de sencillo da por terminada la querella. 

Esto fue una clara muestra de discriminación, ya que el coordinador desconoce por completo que su intelecto está intacto y que tiene una pericial en medicina del trabajo que lo acredita para trabajar en su profesión, a pesar de su condición de espectro autista.

El doctor Padilla Torres explica que su espectro autista no es un impedimento para trabajar como médico, sino que solo afecta su habilidad para socializar con las personas, especialmente si se siente atacado o agredido, como fue el caso en el que fue privado de su libertad para que firmara su renuncia.

Dado lo anterior la víctima aprovecha el marco del Día Internacional del Autismo para hacer público su caso y denunciar la discriminación que ha sufrido por su condición de espectro autista. Espera que su testimonio ayude a crear conciencia sobre la importancia de respetar los derechos de las personas con autismo y que se tomen medidas para prevenir la discriminación en el futuro.

El caso del doctor Hiram Padilla Torres es un ejemplo de discriminación hacia las personas en el espectro autista. El hecho de que un coordinador de ministerios públicos haya determinado que no había delito porque el doctor Padilla es autista y no debería ser médico, es una muestra clara de cómo las personas en el espectro autista son a menudo mal comprendidas y discriminadas en la sociedad.

El doctor Padilla ha afirmado que su condición de espectro autista no es un impedimento para ejercer su profesión, ya que cuenta con una pericial en medicina del trabajo que lo acredita como apto para trabajar como médico. Sin embargo, la discriminación que sufrió por parte de las autoridades sanitarias y judiciales en su caso lo llevó a ser privado de su libertad y obligado a firmar su renuncia como médico, lo que constituye una clara violación de sus derechos laborales y humanos.

Es importante destacar que la discriminación hacia las personas en el espectro autista no solo ocurre en el ámbito laboral, sino también en otros ámbitos de la vida, como la educación, la salud y la vida social. Por lo tanto, es fundamental que se tomen medidas para sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de respetar y valorar la diversidad en todas sus formas, incluyendo la neurodiversidad.

Además, es necesario que se promulguen leyes y políticas públicas que protejan los derechos de las personas en el espectro autista y que promuevan su inclusión en todos los ámbitos de la sociedad. En este sentido, es crucial que se fomente la formación de los profesionales de la salud, la educación y la justicia en el tema del espectro autista, para que puedan comprender mejor las necesidades y particularidades de las personas en el espectro y brindarles un trato justo y equitativo.

Es de destacar que en el caso del doctor Hiram Padilla, el 17 de abril hay audiencia para reapertura de la carpeta en mención y que espera que los jueces no vayan a estar contaminados, cómo sucedió con la Fiscalía para que su denuncia no siguiera su proceso normal, él como víctima lo único que desea es que sea un tribunal el que resuelva la situación de la imputada y que finalmente se procure justicia a la visible violación a sus derechos humanos, y que su condición de espectro autista no sea determinante para una resolución favorable.