El milagro de encontrar a mi perrito Toby: una historia de esperanza y perseverancia

— De la incansable búsqueda y un milagroso reencuentro después de largos días de angustia.

Era lunes por la mañana y el ginecólogo le daba una gran noticia a una joven pareja: están esperando gemelos. La felicidad los desborda y las emociones atraviesan un vaivén de sonrisas y lágrimas. Era un día marcado por las fuertes ráfagas de viento, rachas que de manera repentina abrieron la puerta del hogar de esta familia. Su mascota salió a la calle sin que nadie se diera cuenta y ahí inicia un terrible viacrucis, cuando Mónica se da cuenta que su perrito Toby ya no está, el gran día que había tenido hasta ese momento se convierte en una historia de terror, incertidumbre, angustia y sentimientos encontrados.

Cansada de un largo día de trabajo, así como de realizar múltiples actividades con sus hijos, se da cuenta que su “perrijo” que tanto quiere, ya no está, por lo que rápidamente realiza una inspección en la casa para saber si su mascota no se ha escondido, no obstante percibe su anómala ausencia ya que siempre al llegar es el primero en estar en la puerta para recibirla y llenarla de amor y cariño, ese lunes, únicamente estaba el vacío y la soledad de su presencia.

Mónica de inmediato va su vehículo para comenzar la férrea búsqueda de su mascota en el sector del parque, donde se extravió, mientras que su esposo e hijo buscan a Toby de manera pedestre por los alrededores de la casa, pasan los segundos, los minutos y las horas, y nada, no se ve por ningún lado, nadie sabe algún dato que dé con su paradero.

Después de casi cuatro horas de buscar y buscar, deciden volver a casa para continuar con las actividades obligatorias del día, como hacer la tarea con su hijo, dar cena y sobre todo resguardase del frío que comienza a calar, cierran la puerta y las lágrimas brotan a borbollones. La angustia se apodera de ella y la incertidumbre de saber dónde estará, si pasará hambre, frío, o si lo atropellaron, qué tal si alguien lo está maltratando, y si lo tomó alguien que ya no quiera regresarlo.

Antes de dormir decide expandir su búsqueda en las redes sociales, ya que frecuentemente se suele ver que personas anuncian recompensas para hallar a sus perritos en Facebook, los grupos de venta son el principal punto en donde en ocasiones dan comentarios que ayudan a dar con las mascotas perdidas, por lo que de inmediato busca una foto de Toby que con un suéter de aviador color café.

Son muchas las personas que buscan ayudar de algún modo, pero no tienen información, por lo que hacen lo posible para que la publicación no se pierda en medio de todos los anuncios de productos que se hacen a cada momento, de pronto una llamada entra y dice que vio a una niñas abrazando al perrito por la avenida Independencia, no obstante se ya había recorrido ese lugar sin resultados positivos, por lo que el dolor la inunda y el llanto se hace presente, sus ganas de encontrar a su perrito eran enormes.

Al día siguiente, diferentes medios de comunicación realizan apoyo comunitario y también publican la búsqueda de Toby, una llamada llega y dice que se vio al perrito por la calle Primavera, al principio ello parece imposible ya que queda lejos de donde se perdió, pero aun así acude para ver si logra dar con su paradero.

Llena de esperanza recorre el sector con el objetivo de encontrarlo, por lo que nuevamente pasa por las calles cercanas para ver si Toby anda rondando por ahí, se baja y pregunta a la gente, y cuando logra ver a un perrito parecía que el corazón se le saldría, pero al darse cuenta que no es su mascota, es como si le causaran una herida, lo que le produce un mar de lágrimas instantáneo.

Así es como llegan al miércoles, Mónica inunda las redes con las publicaciones para ver si alguien lo ha visto o tiene información, donde ofrece recompensa para quien sepa dónde está o si alguien lo tiene que lo entregue, pero todavía, no existe hombre o mujer que dé un norte de su querida mascota, los recorridos ahora se expanden en otras colonias con la creencia de que haya podido ir más lejos.

La desesperación crece, el pensamiento de que una familia se lo haya quedado es una posibilidad, una amiga le dice a Mónica ojalá y este en un lugar donde lo quieran y cuiden igual que ella, lo que le genera una amarga tristeza ya que considera que al no verlo en las calles si es posible que ya no lo quieran regresar.

El jueves parece ser un día como los anteriores, desde temprana hora continúan con las publicaciones en Facebook, al salir de su casa todo se vuelve búsqueda, las calles por donde pasa, todos los integrantes procuran checar si se ve el perrito debajo de un vehículo o en una banqueta, pero no se tienen resultados.

Por la tarde surge una serie de decisiones que Mónica considera milagrosas, decisiones que Dios puso en su camino.

Luego de un día de trabajo y de entrenamientos de los hijos, llega la hora de acudir a hacer la tarea y dar comida a su esposo, con el fin de salir a buscar a Toby deciden preparar unos ricos molletes, pasan por la panadería Parralense, compra el pan, pero no había frijoles ni salsa que acostumbran a comprar en el mismo lugar.

Desesperada, Mónica dice que así está bien, que los frijoles los compran en una tienda cerca de su casa y se los come así sin salsa, pero el esposo insiste en ir a comprar el picante que tanto le gusta en un negocio ubicado por el sector de la CNOP, por lo que deciden ir, pero recorriendo calles que habitualmente no lo hacen para buscar a su mascota.

Llegan a la tienda sin tener buenos resultados, adquieren sus productos y van de vuelta a casa, en una calle Mónica logra ver un perrito parecido al suyo, le dice al esposo que se regrese, sin mucha esperanza el hombre accede y pronto le dice que no era su mascota sino otro.

Mónica insiste que si es, todos los integrantes de la familia se asoman y ven debajo de un carro a Toby, el esposo le grita y el perrito sale de su escondite, le abren la puerta y de un saltó llega hasta los brazos quien tanto lo había extrañado y buscado.

La felicidad inunda el carro en que circulaban, las lágrimas ahora se hacen presente en forma de amor y cariño, el perrito los abraza, salta de alegría, mueve la cola, va de un lugar a otro, y ese momento se hizo memorable para la familia, por fin encontraron quien se había perdido, al integrante peludo que siempre los recibe en la casa, la emoción era grande, fue un milagro dijo Mónica, mientras agradecía al Creador haber dado con su querido perrijo.

De camino a casa todos lo abrazan, el automóvil se vuelve insuficiente para contener tanto amor y felicidad, al llegar a su hogar, primero le dan comida a Toby, la cual devora de inmediato ya que tenía varios días sin comer bocado, el agua también se le tiene que servir en tres ocasiones, ya que era mucha su sed, posteriormente lo bañan, lo secan y cual bebé duerme a un lado de su Mónica, cobijado y seguro entre sus brazos, a salvo, en el calor de su hogar, sabiendo que está donde debería estar, del lugar del cual nunca debió de salir, con la familia que lo ama.

Fue una amarga experiencia que al final se vio superada al encontrarlo. La pérdida de una mascota puede ser una experiencia desgarradora para muchas personas, ya que estas criaturas a menudo se convierten en parte integral de la vida familiar. La historia de Mónica y su perrito Toby es un ejemplo de la angustia que puede causar la pérdida de un animal de compañía.

La conexión entre una persona y su mascota puede ser muy fuerte y significativa. Para muchos, una mascota es un miembro más de la familia, un compañero leal y un amigo fiel. Por esta razón, cuando un perrito se pierde, la angustia y preocupación pueden ser abrumadoras. Por lo que si sabes de un amigo peludo perdido, ayuda en lo que puedas.