El pequeño Rodrigo cumple su sueño de patinar sobre el hielo

A sus tres años fue diagnosticado con cáncer de hígado y hoy lucha porque quiere ser un gran doctor.

Por Luis G. Prieto Ramírez
Colaborador de Ecos de la Noticia

Por Luis G. Prieto Ramírez
Colaborador de Ecos de la Noticia


Entre las muchas sonrisas que hoy se revelaron tras la apertura de la pista de hielo en el corazón de Parral, estaba una que destacaba sobre las demás, la de un pequeño niño que patinaba con la ayuda de su mamá, el cual se deslizaba despacio, poco a poco, disfrutando cada minuto que transcurría.

Su nombre es Rodrigo y tiene tres años, su rostro configuraba múltiples emociones entre ellas la sorpresa, una risa y luego dos, después un susto, en seguida una carcajada que manifestaba el increíble gozo de sentir en su semblante la congelada brisa del hielo que se desprendía como vapor a su alrededor.

En cada paso que daba estaba cumpliendo uno de sus muchos sueños, uno que fue posible gracias a su temperamento y espíritu de lucha, de vivir experiencias naturales en todos los niños de su edad, conocer el mundo, las sorpresas que se ocultan y deben ser descubiertas para autorrealizarse.

Sin embargo, Rodrigo no es un niño como los demás que se congregaron para divertirse sobre el hielo, fue diagnosticado con cáncer de hígado hace algunos meses. Su madre platica que ya superó la primera etapa de quimioterapias y que su proceso se encuentra ahora en supervisiones médicas que durarán un año, pero el miedo ya lo perdió.

Perdió ese miedo de quedarse sin cabello, de pasar horas en un hospital sometiéndose a duros procedimientos médicos, perdió el miedo a caerse sobre el hielo porque se levantó muchas veces y continuó su tránsito sobre la base de hielo, caminando y deslizándose, cumpliendo un maravilloso sueño de la tierna edad.

De grande quiere ser un gran doctor, salvar la vida de muchos niños y niñas que como él se enfrentan todos los días a un enemigo que les consume por dentro. “Soy un niño fuerte”, ese era el mantra que repetía una y otra vez, palabras mágicas en las que cree devotamente porque sabe que la vida es un ir y venir, es enfrentarse a la pista de hielo que tanto buscó, dar sus primeros pasos en ella y ser feliz.

La noche cayó y sus pies seguían en esa gloriosa plataforma que cumplió su sueño, que le dio satisfacción y le sugirió nuevos retos, el primero es volver otro día a patinar y el segundo es convertirse en ese gran médico que salvará miles de vidas, luego, claro está, de salir victorioso de la batalla que hoy enfrenta con el apoyo de su madre, cosa que logrará