Templo de San Diego de Minas Nuevas se niega a morir de nuevo
—Tal como el pueblo donde se ubica desde 1634, ha renacido tres veces a lo largo de su historia, y hoy representa la esperanza para que la comunidad recupere su auge.
Las huellas de la indolencia y del abandono se ven reflejadas en las condiciones actuales del templo San Diego de Minas Nuevas, el cual se niega a morir como el resto del antiguo poblado. En el pasado el auge minero les dio vida, pero las crisis económicas a nivel mundial, se la quitaron, La capilla es uno de los edificios más emblemáticos e importantes del lugar, la cual se ha mantenido en pie, a pesar del descuido y de la negligencia.
El templo data del siglo XVII y es considerado un testimonio trascendental de la arquitectura religiosa de la época colonial. Actualmente una parte del techo se derrumbó luego de las fuertes lluvias registradas el año pasado. Sin embargo la estructura ya estaba en el abandono desde el 2016, por dentro las cuarteaduras van en franco crecimiento, las goteras y la humedad han causado un mayor daño.
Aunado a lo anterior, el templo carece de protección en las ventanas y puertas, el daño por las inclemencias del clima fueron mayores debido a ello, aún queda el escombro caído del techo en el interior, y por fuera, el enjarre se ha ido desmoronando en diferentes partes, por lo que deja a la luz el adobe del cual está construida la iglesia.
La comunidad de Mina Nuevas, hoy Villa Escobedo, es un pueblo de origen minero que ha logrado sobrevivir a lo largo de los años, a pesar de las fluctuaciones en la industria extractiva y las crisis económicas. Dicho sector perteneciente al municipio de Parral es conocido por sus ricas minas de plata y otros metales preciosos.
Desde 1607, se tiene registro de un lugar llamado Minas Nuevas, pero fue en 1634 cuando el lugar tuvo suficiente población para tener autoridades propias. El descubrimiento de Diego Rodríguez fue clave para el crecimiento de la población y el desarrollo de la industria minera en la región. A lo largo de su historia, ha experimentado altibajos en su producción minera, lo que ha llevado al menos en tres ocasiones a la despoblación del lugar. Sin embargo, el pueblo siempre ha logrado resurgir de las cenizas y mantenerse en pie.
En el siglo XVIII, Minas Nuevas tuvo otro auge que le permitió tener su propio alcalde mayor. Durante el apogeo minero nacional registrado durante el Porfiriato, el pueblo volvió a resurgir y subsistió hasta la crisis financiera de 1929, cuando sus minas fueron cerradas. A pesar de los altibajos, aún quedan vestigios de aquella vieja bonanza en Villa Escobedo, como su templo dedicado a San Diego, que es un testimonio vivo de lo que la comunidad ha sobrevivido en sus casi 390 años de historia.
En su apogeo, las minas de alta ley de Villa Escobedo ensayaban más de un kilogramo de plata, que era enviado directamente a la fundición de Torreón, mientras que el mineral de menor ley era procesado en las haciendas de beneficio locales. Aunque las minas cerraron sus puertas en la década de 1930, el pueblo todavía sigue en pie y se ha convertido en un lugar ideal para aquellos que desean conocer más sobre la rica historia minera de la región.
En definitiva, Minas Nuevas es un pueblo minero que ha logrado sobrevivir a lo largo de los años, a pesar de las crisis económicas y las fluctuaciones en la producción minera. Su historia es un testimonio de la capacidad de las comunidades para resistir y adaptarse a los cambios en su entorno.
El templo de San Diego es un monumento histórico que ha sobrevivido al paso del tiempo, a la negligencia y al auge minero. Este templo, se encontraba en ruinas antes de que en 2013 se iniciara su restauración por parte del Instituto Chihuahuense de la Cultura. La intención era devolverle su uso con motivos religiosos y proyectar que una vez terminada la obra, pudiera ser sede de eventos culturales. En 2015, se anunció un avance del 50%, y se esperaba aplicar un millón de pesos en los trabajos para concretar la obra y que quedara dentro de la ruta turística.
Sin embargo, la obra no fue terminada y en 2016 la obra fue abandonada al estancarse en el 80% de su remodelación total. Lamentablemente no se le dio seguimiento. En 2018 se anunció que se aplicaría un recurso para la rentabilidad social, pero sin el compromiso de terminar la obra.
A pesar de los contratiempos y los abandonos en la obra, se espera que el templo pueda ser reconstruido en su totalidad. Su valor histórico y cultural es incalculable, y su restauración es un compromiso con la preservación del patrimonio cultural de la región.
El Templo de San Diego de Minas Nuevas es un símbolo del resurgimiento y la perseverancia de la comunidad minera que ha sobrevivido a lo largo de la historia a pesar de las crisis económicas y las fluctuaciones en la producción minera.
Aunque el templo ha sido víctima de la negligencia y el abandono, su restauración y conservación son esenciales para preservar la rica historia cultural y arquitectónica de la región y para promover el turismo y la economía local. Es importante que las autoridades y la comunidad trabajen juntas para finalizar la restauración del templo y asegurarse de que este patrimonio histórico no muera de nuevo.