Una alhóndiga se construyó para aprovisionar a la creciente población en 1642
–Posteriormente se edificaría el llamado Mercado Hidalgo
En febrero 27 de 1642, El Gobernador Luis de Valdez contesto afirmativamente a la petición conjunta del alcalde mayor, Melchor de Valdez, del alguacil mayor, Antonio de Quezada, y de los diputados de minería y comercio, Bernardo Gómez y Sebastián González de Valdez, de establecer una alhóndiga para aprovisionar a la creciente población que residía en estas minas descubiertas una década antes. Para primer alcaide, encargado de su custodia y buen orden, fue nombrado Juan López de Sigüenza.
Parece ser que la alhóndiga empezó a funcionar inmediatamente, justo atrás del edificio de la alcaldía, mientras se construía un local propio. Cuando vino el cambio, un año después, los expendios de carne permanecieron en la actual calle Pablo Ochoa, que es mencionada con frecuencia en muchos documentos como calle de las carnicerías.
Las semillas, granos y harinas debían ser necesariamente registrados y almacenados en la alhóndiga, para evitar acaparamiento o provocar escasez. Con mucha frecuencia la alcaldía hacía acopio, para revender, algunos productos básicos. Además de su función como mercado público, la alhóndiga revisaba las pesas y medidas en los puestos y tendajones. Otros productos como leña, carbón y huevos, eran vendidos sin controles oficiales. También algunos materiales como madera, vigas, cal, sogas, loza y un largo etcétera.
El antiguo edificio colonial fue reparado en varias ocasiones pero subsistió hasta 1881 en que empezó a construirse un nuevo edificio, que fue inaugurado en las fiestas patrias de 1883, bajo la dirección del ingeniero parralense Enrique Esperón Hirigoity. Este nuevo edificio en el que ya no se permitió el expendio de carbón, leña o pasturas, fue bautizado oficialmente como Mercado Hidalgo. Fue dividido en cuatro áreas: expendios de semillas, verduras y comestibles secos; área para carnes y diversos productos de matanza; una sección destinada a ropa y calzado y otra para cocinas y fondas. Para esos años ya existía otro mercado público que funcionaba en la Plazuela Guadalupe, que daba servicio a los barrios de Guanajuato, Guadalupe y San Juan de Dios.
El mercado Hidalgo sufrió varios incendios. El 8 de marzo de 1913 que fue provocado por manos desconocidas tratando de hacerlo aparecer como consecuencia de un combate entre fuerzas revolucionarias. En abril de 1919 durante un combate entre fuerzas carrancistas y villistas. Y finalmente otro en 1954 que dañó seriamente la estructura del edificio. Hasta antes de la inundación de 1944 el mercado contaba con una serie de bodegas construidas aprovechando el desnivel existente entre la entrada a la Parroquia de san José y el río Parral. Al reconstruirse el puente San Francisco su nivel fue elevado varios metros de tal manera que las bodegas del mercado quedaron como sótanos.
Con un préstamo del Banco Hipotecario y de Obras Publicas al Ayuntamiento se construyó un nuevo mercado, el que se conoció por muchos años, y que fue inaugurado el 8 de septiembre de 1963.
En el 2014, se destruyó las instalaciones de dicho Mercado, para dar paso a la construcción de la plaza de la Identidad, los locatarios por su parte fueron reubicados a la calle Pablo Ochoa.
Debido a la proliferación de supermercados y diversos establecimientos especializados, el Mercado Hidalgo dejó de ser el principal establecimiento de artículos de primera necesidad. Actualmente esta parcialmente desocupado y la venta de productos básicos es mínima.